lunes, 15 de junio de 2015

Lo que la marea se llevó

En el fondo del océano guardo todos mis sueños rotos.

Me salpican las heridas, por poco y me ahogan, por suerte o por desgracia, pero sigo viva.

Le doy de comer al mar un pedazo de mi, soy carnada para peces.

En lo más recóndito de las profundidades de este sarcófago salado... escucho cantar a las sirenas, ánimas forradas de escamas y yo, a punto de caerme, tratando de recuperar lo que el karma me arrebató  o el destino pretendía quitarme, me sumerjo...

Me he dejado caer, es entonces cuando la pecera de mi cabeza se quiebra y deja escapar el agua dulce del pantano de mi memoria, junto con uno que otro recuerdo.

Me mezclo con la sal, soy homogénea. La naturaleza de mi cabeza es la misma que la del mar salvaje.

Ya no soy más carnada de pescado, soy parte del océano.





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