domingo, 5 de julio de 2015

Entre carne y hueso.

En las última semanas he vivido experiencias que llevaron mis emociones al límite.
Con la pérdida de mi querido amigo Pach (mi perro), el abandono de mi supuesto padre, la partida de mi hermano a Estados Unidos, la noticia de que mi tío más querido padece cáncer y la repentina actitud de adolescente permisiva que ha tenido mi madre conmigo, creo que casi me vuelvo loca, ah, y a todo eso agregarle que me di cuenta de que una de las personas que era más especial para mi y que creía conocer resultó ser un completo desconocido, de hecho, resultó ser el tipo de persona que "me caga", creyéndose la estrellita de rock y pensar que ha vivido más cosas sólo por el hecho de drogarse y vivir entre excesos, antes no hubiera pensado mal de él de ninguna forma, pero antes estaba segura de que lo quería, ahora ni me gusta ni lo quiero, pero, ¿a qué quiero llegar con todo esto?, a lo sorprendentemente repentino que llegan a cambiar todas las cosas, y todos los aspectos de tu vida que creías o dabas por seguro y todos los sentimientos u opiniones que antes te planteabas, las cosas si cambian de un día para otro, o más bien eso parece, yo creo que el cambio es sutil, sólo nos damos cuenta de este cuando ya se ha realizado por completo, pero mediante el proceso creemos que todo sigue igual, tal vez es por eso que nos llega tan "de golpe", tanto que nos tira al piso ¡ y aun estando en el piso nos patea y no escupe mientras se ríe malvadamente de nosotros!, pero en realidad no es tan malo como lo describo, a decir verdad, a veces es necesario que nos den un golpe fuerte de realidad, y en realidad, el problema radica en no quererte levantar luego de que te hayan dejado hecho pedacitos en el piso.

Es extraño, lo que siento ahora me cuesta describirlo porque creo que es una nueva emoción que no había sentido antes, es algo entre decepción, melancolía, tristeza, saudade... 

Me siento estúpida, y con miedo del futuro, añoro el pasado y mi presenta está tan jodido que prefiero ignorarlo, me paso los días como autista, estoy cansada de las personas y estoy cansada de mi, me tengo harta.

Se agregan más emociones a la mezcla: asco, repugnancia, rechazo...

Es algo entre un sentir visceral y un dolor espiritual, pero creo que ya me estoy divagando bastante, ni siquiera tengo una conclusión clara para todo esto, sigo confundida, sólo busco encontrarme reflexionando al respecto  y si alguien más  ha llegado a sentirse como yo que sepa que no es el único y que no está sólo.


                                                                            ¿FIN?


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